Leseprobe:

Esta historia empezó hace muchos años cuando yo aún era un compañero de oficio que iba de peregrinación como era común en aquella época.

Fue la primer vez que dejé mi tierra natal de Germania para viajar a países lejanos y adquirir experiencia.

Después de varios meses de viaje había alcanzado la costa gálica desde donde el mar iba hasta el fin del mundo como decía la gente en aquel tiempo.

Nunca antes había visto tanta agua y ya no podía luchar contra la nostalgia de conocer países lejanos que estaba quemándose dentro de mí.

Cuando más me quedaba en este puerto pequeño más hablaba con los pescadores que todos los días se ganaban la vida aquí.

Algunos contaban de una isla verde y mara-villosa cuya costa se iluminaría como una esmeralda con la luz del sol.

Cuando más escuché de esa isla misteriosa que la gente llamaba Irlanda, más sentí el deseo de visitar y explorar aquella tierra.

Pocos días después conocí a un pescador viejo que me contó que a veces iba rumbo a esa isla y que también a la mañana siguiente saldría a su rumbo.